La madre del bebé, Chelsey Milby (33 años), lloró durante un difícil viaje de embarazo y parto. A las 17 semanas de embarazo, los sopógrafos estaban preocupados por la dañina acumulación de líquido alrededor del corazón, una rara copición que ocurre sólo en 1 de cada 4.000 nacimientos. Según ellos, el bebé no podría sobrevivir al nacimiento.
Chelsey no pensó en el aborto a pesar de que los médicos se lo recomendaron. Su familia todavía cree que pueden ocurrir milagros cuando nace su hijo.
La madre compartió con los medios: “Cuando me enteré de la codición de mi hijo, me sentí muy deprimida y desconsolada, sin poder entender lo que estaba pasando porque anteriormente había dado a luz a dos bebés sanos. Todos los días le pregunto a Dios por qué”.
Cuando Chelsey estaba embarazada, la gente solía preguntarle si estaba esperando trillizos porque su barriga era muy grande. A las 33 semanas de embarazo, Chelsey aumentó de peso, 91 kg, y su salud empeoró cada vez más.
El crecimiento del feto hizo que a Chelsey le resultara difícil respirar y dormir todos los días, e incluso tuvo que retirar constantemente líquido de su estómago. Los médicos decidieron realizarle una cirugía de emergencia para sacar al bebé.
Cuando Chelsey entró al quirófano, toda la familia estaba afuera, esperando que ocurriera un milagro. El padre del bebé, el Sr. Blake, estaba fuera del quirófano, orando por la madre y el niño.
Durante la cesárea, Chesley estaba muy asustada, pero también muy feliz cuando vio la cara de su bebé.
“Tuvieron que darme algo para calmarme durante mi ataque de pánico. Grité y lloré mucho cuando realmente vi a mi bebé nacer”, recordó Chesley.
El bebé Armapi nació con un peso de 5,5 kg. Después del nacimiento, la familia viajó 100 millas hasta Ciпciппati para que el bebé pudiera ser tratado en un hospital especializado.
Después de dar a luz, Chelsey sufrió de depresión. La madre de tres hijos compartió: “Tuve que luchar contra una depresión posparto severa; Tengo que dejarlo de lado, tratar de ser la persona más fuerte posible para Armapi y mis dos hijos restantes”.
Armapi se someterá a una cirugía para extirpar el exceso de vasos linfáticos a finales de este año para que pueda convertirse en un bebé normal. En el futuro, su bebé necesitará cirugías adicionales para eliminar el exceso de sal. Chesley pensó que su hijo probablemente tendría una vida normal.
“Estamos tratando de hacer todo lo posible para darle a Armapi la mejor vida posible”, dirá pronto ‘mamá’. Armapi es mi bebé milagroso y lo queremos mucho”, confió la madre. Blanco.